21Jun 2018
Salud gastrointestinal: la importancia de los probióticos

Los expertos en nutrición y la salud del sistema digestivo en general coinciden en que los probióticos no deberían faltar en la dieta de una persona que necesita potenciar y mejorar su digestión.

Síntomas de malestar digestivo, como reflujo frecuente, intolerancias alimentarias, síndrome de intestino irritable, trastornos funcionales y diarreas frecuentes deberían ser tratados con la incorporación de ingesta a la dieta de probióticos.

¿De qué se trata? El organismo posee un nuevo órgano, la microbiota. Se trata de gérmenes que no sólo se encuentran en el intestino, sino que también están presentes en todos los sistemas corporales que, de alguna manera, tienen contacto con el exterior, como la piel o el tracto ginecológico.

Mantener una microbiota saludable mediante una dieta saludable y el consumo habitual de probióticos representa una buena decisión basada en la evidencia.

¿Dónde encontrarlos y cómo ingerirlos? Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son ingeridos en cantidades adecuadas, pueden aportar importantes beneficios para la salud intestinal. Son básicamente bacterias o levaduras que, además de encontrarse en suplementos y medicamentos también pueden ser hallados de forma natural en diversos alimentos.

Los probióticos se encuentran típicamente en alimentos ricos en bacterias como el yogur, queso y otros productos lácteos, así como alimentos fermentados como el chucrut y la kombucha. Los más utilizados los pertenecientes a las especies Lactobacillus y Bifidobacterium. En general el producto más asociado con los probióticos es el yogur pero existe un desconocimiento sobre su impacto en la salud digestiva o sobre otras alternativas para incorporarlos, ya que no son la única fuente. Cuáles son las otras opciones de alimentos que contienen naturalmente probióticos: 

Kéfir:

Se trata de un producto lácteo similar al yogur pero con una mayor cantidad de probióticos, fermentado mediante levaduras y bacterias proveniente del este de Europa y suroeste de Asia y su nombre procede de la palabra turca keyif, que significa «sentirse bien» después de comer. Ese nombre además es designado tanto al conjunto de microorganismos que se utiliza para elaborar el kéfir como a la propia bebida.

Es excelente para tratar diversos problemas digestivos, mejorar la salud de los huesos y combatir infecciones bacterianas de forma natural. Es por eso que es una buena alternativa para intolerantes a la lactosa.

Pepinos agridulces:

Aunque no lo parezca, en general los encurtidos, son una importante fuente de probióticos. En particular los pepinillos son una importante fuente de bacterias beneficiosas, que aportan a la digestión. Siempre es aconsejable que sean realizados de forma artesanal para poder aprovechar al máximo los probióticos. Sin embargo, es importante la precaución con este alimento ya que es altamente acidificante.

Chucrut:

El chucrut, un alimento típico alemán (aunque también consumido en países como Francia, Polonia o Suiza), es el producto que surge de la fermentación de las hojas de repollo en salmuera. Gracias a la enorme cantidad de bacterias que posee, es considerado uno de los alimentos probióticos por excelencia. Además, también es rico en fibra y vitaminas C, B y K.

Miso:

El Miso, que en japonés significa «fuente del sabor», es un condimento fermentado que otorga un gran aporte de sabor a las comidas. Se trata de una pasta espesa de color marrón, blanca, rojo o amarillo con un sabor salado y un tanto amargo que tiene su origen en China del siglo VII y luego se extendió a Japón hasta llegar a Occidente. Su uso más común es sopas pero también sirve para ensaladas, verduras y salsas.

21 de junio de 2018
Comentarios
Debes ingresar para poder comentar.

Aún no hay comentarios en esta nota.