10Ene 2019
Entrar más tarde al colegio mejora el rendimiento de los alumnos

De acuerdo a algunos estudios, retrasar el comienzo del horario escolar, media o una hora, mejora el rendimiento y reduce el ausentismo escolar de los adolescentes.

Está comprobado. Dejar a los chicos de colegios secundarios dormir media hora más por la mañana, mejora sus calificaciones. Así lo demostró un estudio que realizó la Universidad de Washington en Estados Unidos, que midió con precisión qué pasa con jóvenes de 16 años cuando se retrasa el ingreso escolar. Los resultados fueron contundentes: los chicos durmieron más, mejoraron sus calificaciones y faltaron menos.

Al llegar a la adolescencia, el cronotipo (el perfil biológico que determina en qué momento del día estamos más alertas) cambia, prefiriendo los horarios vespertinos y como consecuencia por la mañana los chicos suelen estar “zombis”. No es casual que muchos de los profesores noten que una buena cantidad de los alumnos estén “dormidos” aunque con los ojos abiertos en las primeras horas de clase.

La mayoría de los adolescentes duermen menos que las horas indicadas (que son entre 8 y 10) y sólo un porcentaje pequeño, un 20%, prefiere la mañana para desarrollar actividades intelectuales o físicas.

Luego de hablar con funcionarios, padres y maestros, en Seattle lograron retrasar el ingreso a escuelas secundarias, 55 minutos (de 7.50 a 8.45). Los científicos analizaron a 90 adolescentes de 16 años. En este estudio, midieron la cantidad de horas de sueño, registraron la actividad antes y después de ponerlo en marcha, las notas y el ausentismo escolar. Tomaron en cuenta dos escuelas públicas, una de altos ingresos y otra de bajo nivel socioeconómico y con representación de minorías étnicas.

Un dato interesante es que registraron las horas de sueño con un actímetro que se pone en el brazo y que registra la actividad motora, de manera de poder contar con datos objetivos.

Las conclusiones fueron contundentes: los chicos durmieron en promedio 34 minutos más por noche y la media de las calificaciones aumentó en un 4.5%. Por otro lado, lograron bajar las faltas y mejorar la puntualidad.

Sin dudas, se necesita un reacomodamiento tanto familiar, como de las instituciones educativas para poder implementar un cambio de este tipo. Pero los investigadores sostienen que vale la pena.

 

10 de enero de 2019
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