La afasia es, ni más ni menos, un trastorno del lenguaje. Es la incapacidad de producirlo o comprenderlo, en particular por lesiones vinculadas al cerebro, por lo que no es una enfermedad en sí misma sino un síntoma de otra.
Entre las causas más frecuentes de aparición de afasia se encuentra el accidente cerebrovascular en personas de más de 45 años, seguido de la presencia de tumores. También puede deberse a traumatismos craneoencefálicos, enfermedades neurodegenerativas o, en ciertos casos y por un período de tiempo, a enfermedades psiquiátricas.
Como el origen del trastorno es diverso será necesario determinarlo para poder encarar el tratamiento. Producto de su aparición, la persona que lo sufra notará dificultades en el habla, aunque el tipo de afasia que padezca dependerá del área del sistema nervioso comprometida.
También es importante conocer que a veces las afasias son transitorias y duran horas o días. Algunos pacientes se recuperan espontáneamente. En otros casos, se requiere de un tratamiento del lenguaje. El tratamiento está orientado a rehabilitar los procesos afectados en cada paciente en particular. Para ello es necesario realizar una evaluación exhaustiva antes de iniciar la terapia. Por lo general, utilizan instrumentos de evaluación estandarizados, que exploren diferentes aspectos: comprensión oral y escrita, repetición, lectura, escritura, expresión oral y escrita, etc.
Si bien, la rehabilitación fonoaudiológica no garantiza la cura total, en algunos casos, siempre beneficiará al paciente y ayudará a la familia. En función de los déficits y necesidades de comunicación se diseña una terapia de rehabilitación específica. Ésta será más efectiva cuanto antes se inicie. Los primeros meses luego de la lesión son muy importantes en el proceso de rehabilitación.
El equipo que participe tiene que estar conformado no solo por médicos clínicos sino también por neurólogos, fonoaudiólogos, logoterapeutas y kinesiólogos. Un grupo multidisciplinario será capaz de abarcar las distintas aristas del trastorno.
Se puede distinguir los distintos tipos de afasia entre quienes:
-entienden lo que escuchan pero no pueden verbalizar sus pensamientos (afasia motora o de expresión);
-no pueden hablar porque no entienden lo que se les dice o lo que ven a su alrededor (afasia sensitiva o de comprensión);
-no solo no entienden lo que se les dice sino que físicamente tampoco podrían enunciar sus ideas (afasia mixta o sensitivo-motora).
Entre los consejos para comunicarse con un paciente con afasia se encuentran:
- Minimizar al máximo las distracciones, como por ejemplo el ruido de una radio, o un televisor encendido mientras se está hablando con la persona.
- Mantener un tipo de conversación natural y apropiada para un adulto.
- Usar oraciones cortas y simples.
- Si es necesario, repetir las palabras o señalar las palabras claves para aclarar el significado de la oración.
- Evitar corregir el habla de la persona.
- Incluir a la persona con afasia en las conversaciones.
- Preguntar y valorar la opinión de la persona con afasia.
- Estimular cualquier tipo de comunicación, ya sea hablada, escrita, gestual, o dibujando.
- Muchas veces las personas con afasia necesitan más tiempo para comunicarse que los demás, permitirle que lo tengan.
- Prestar atención a todos los elementos comunicativos de naturaleza no verbal que la persona pueda transmitir.
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