Se presentó un plan nacional para “frenar” la epidemia de obesidad y sobrepeso en chicos.
Un twit, en enero de este año, de la Organización Mundial de la Salud, volvió a alertar sobre la epidemia de sobrepeso en nuestros niños: «Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe con un 9,9%. Es importante que consumamos alimentos saludables». Por otro lado, las cifras indican que en nuestro país, 4 de cada 10 chicos están excedidos de peso. Si bien esta es una tendencia global, es una cuestión de salud pública.
En su último informe, de abril de 2019, UNICEF pone en agenda pública las graves consecuencias que esto representa: el exceso de peso afecta los derechos de los niños, niñas y adolescentes, ya que es un factor de riesgo determinante de enfermedades crónicas no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, trastornos músculo-esqueléticos y enfermedades respiratorias.
Para hacer frente a esta situación, desde la Secretaría de Salud se lanzó un plan cuya estrategia será implementada entre los próximos cuatro y contempla la implementación articulada y conjunta de intervenciones educativas, comunicacionales y regulatorias.
Los especialistas que desarrollaron el plan sostienen que el abordaje a esta problemática de salud no será exclusivamente sanitario, ya que se deben incluir componentes educativos y nutricionales en el manejo de la alimentación para la población más vulnerable, por un lado, con la producción de alimentos saludables sostenibles y, por otro lado, con la regulación de entornos saludables.
Entre los objetivos que el plan persigue se encuentran:
- El fortalecimiento de la educación alimentaria y nutricional, y de la actividad física en referentes sociales multiplicadores.
- La sensibilización y movilización de la comunidad y de actores claves sobre la problemática del sobrepeso y la obesidad en niños, niñas y adolescentes desde un enfoque sociocultural de la comunicación.
- La promoción de una adecuada calidad nutricional en los programas con componente alimentario e incentivar sistemas alimentarios sostenibles a fin de proteger la salud y estado nutricional de los grupos poblacionales.
- Promover políticas a nivel nacional y subnacional que regulen los entornos y los productos.
- La articulación con actores intergubernamentales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF y FAO, y otros actores no gubernamentales y académicos, en el marco de un consejo asesor.
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