Un acto tan simple y cotidiano como lavarse las manos puede evitar hasta el 50% de las enfermedades infantiles, como diarreas y afecciones respiratorias.
Las enfermedades infecciosas como la neumonía, la primera causa de muerte en niños menores de cinco años, podría reducirse, inculcando este hábitos, entre un 21 y 47%.
De acuerdo a informes del Ministerio de Salud de la Nación, cuando una persona deja de lavarse las manos puede transmitir bacterias, virus y parásitos, de forma directa o indirecta. De ahí la importancia de acostumbrarse a hacerlo antes y después de manipular alimentos, de comer o beber y luego de manipular basura o desperdicios. También: después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar.
Por otro lado se aconseja complementar la limpieza con alcohol en gel, limpiar las uñas con cepillo y evitar las toallas de papel.
Las recomendaciones no sólo son para los niños y las madres, también para médicos, instituciones educativas y la población en general.
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