Comienzan las temperaturas elevadas, se preparan las piletas y las actividades al aire libre. En esta nota te proponemos qué debés tener en cuenta para disfrutar del sol sin consecuencias para tu salud.
Como todos los años, en esta época, es necesario reforzar la importancia de ciertos cuidados que debemos tener si vamos a estar al aire libre y expuestos a los rayos del sol, aun en días nublados.
El calor de verano ya comienza a sentirse, y el sol parece más fuerte que nunca. Como aun muchas personas minimizan los riesgos de exponerse a los rayos solares debemos reforzar los mensajes: el sol puede causar quemaduras y dañar la piel, además de derivar en distintos cánceres de piel.
Además de evitar la exposición solar entre las 11 y las 15 horas, los especialistas recomiendan cubrirse buscando la sombra, utilizando sombreros o gorras, ropa clara y un factor de protección que no sea menor a 30.
Cómo elegir el protector solar
Si bien para elegir el factor hay que evaluar el tipo de piel y su tono, no se recomienda usar menos de 30. Para las pieles muy blancas, que no se broncean con facilidad, sino que se enrojecen, lo mínimo indicado es de FPS50. Para aquellas personas que toman color más fácilmente, aunque se pongan rojas, se recomienda un FPS30.
Este protector solar deberá aplicarse 30 minutos antes de la exposición directa al sol para que la piel se tome el tiempo necesario para absorber los ingredientes activos y así, efectivamente, protegernos de los rayos UVA y UVB.
Por otro lado, es necesario usar la cantidad recomendada (no menos de 2 mg por cm2 de piel), o el equivalente a una cucharada de té. Al aplicar menos, la protección solar puede verse disminuida. Otro error muy habitual es no renovarlo cada dos horas, algo que deberíamos convertir en un hábito.
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