Es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. En esta nota te explicamos las dificultades que presentan las personas con este trastorno.
Las manifestaciones clínicas del TEA varían mucho entre las personas que lo presentan, así como su funcionamiento intelectual y sus habilidades lingüísticas. Sin embargo, todas ellas comparten características en dos áreas del desarrollo y del funcionamiento personal: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.
Los especialistas advierten que si bien en los últimos 20 años se ha experimentado un gran avance en el conocimiento científico sobre su origen, su detección y diagnóstico, y sobre los sistemas de apoyo eficaces, en general, se mantienen creencias falsas que perpetúan los mitos sobre el autismo y que dificultan la inclusión social de quien lo padece.
Este desconocimiento se traslada a todas las esferas de la sociedad y hace que las personas con TEA se encuentren con barreras para disfrutar de la igualdad de oportunidades en su educación, en el empleo, en la inclusión social o en la vida independiente.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños tiene TEA y sus síntomas suelen comenzar en la infancia y persistir hasta la adolescencia y la edad adulta. En los últimos años, se pudo observar un aumento considerable del número de casos detectados y diagnosticados dentro del Espectro Autista. Sin embargo, aún no están claras las razones. Los especialistas sostienen que es probable que influya la mejora en el conocimiento y la formación de los profesionales, y también la mayor precisión de los procedimientos e instrumentos de diagnóstico.
Entre las áreas que afecta se encuentran:
- COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN SOCIAL
Habilidades de comunicación verbal y no verbal
Las dificultades de comunicación que pueden manifestarse tanto a nivel de comprensión como de expresión.
COMUNICACIÓN VERBAL
Algunas personas con TEA tienen habilidades lingüísticas adecuadas, pero encuentran dificultades para utilizarlas en una comunicación recíproca o en el contexto social en el que son necesarias. Otras no emplean lenguaje verbal y requieren el apoyo de Sistemas Alternativos y/o Aumentativos de Comunicación (SAAC) (sustituyen y apoyan al lenguaje oral, respectivamente).
COMUNICACIÓN NO VERBAL
Las personas con TEA pueden experimentar dificultades para emplear o extraer el significado de gestos o expresiones faciales de otras personas, así como de otros elementos relevantes para la interacción (contacto ocular, postura corporal, etc.), lo que puede suponerle alguna situación de malentendido.
Habilidades para la interacción social
Algunas personas con TEA pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, comprender el entorno y desenvolverse en determinadas situaciones sociales. Se manifiesta, por ejemplo, en:
- Problemas para adaptar el comportamiento a distintos contextos o situaciones sociales.
- Dificultades para comprender las reglas sociales “no escritas”.
- Acercamientos sociales inusuales o inadecuados para iniciar o reaccionar ante interacciones con otras personas.
- Dificultades para entender o expresar las emociones de forma ajustada al contexto o a la situación.
- FLEXIBILIDAD DE COMPORTAMIENTO Y DE PENSAMIENTO
FORMA DE PENSAR Y COMPORTARSE
Las personas con TEA pueden tener dificultades para responder de manera flexible a las demandas de los diferentes contextos y ajustar su forma de pensar y de comportarse. Por ello, adaptarse a los cambios o a situaciones imprevistas puede suponerles un gran esfuerzo y generarles malestar, angustia o ansiedad. Puede manifestarse, por ejemplo, en insistencia en que las cosas sucedan siempre de la misma manera; en la disposición de un repertorio limitado de intereses específicos o en patrones de comportamiento rígido y repetitivo (como repetir las palabras o frases una y otra vez, exactamente de la misma forma -ecolalia-).
ESTÍMULOS SENSORIALES
Algunas personas con TEA presentan alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales, que se puede manifestar en malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas; interés inusual en aspectos sensoriales del entorno (como insistencia por oler o tocar determinadas cosas); fascinación por luces, objetos brillantes o que giran o indiferencia aparente al dolor o a la temperatura.
Fuente: www.diamundialdelautismo.com
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