07Feb 2019
Otitis y conjuntivitis: cómo prevenirlas

Pileta, arena, sol. Todo puede contribuir a desarrollarlas. En esta nota encontrarás algunas sugerencias para evitarlas.

 

Largas horas en el agua, las altas temperaturas, la humedad y la arena constituyen el  ambiente ideal para que proliferen la otitis y la conjuntivitis. Y por lo general, los más afectados son los chicos con las consecuencias de dolores e irritación. 

Ambas afecciones se producen por pasar muchas horas disfrutando del agua en piletas o el mar y suelen afectarmayormente a los chicos de entre 7 a 12 años. Sin embargo, nadie está exento, ni siquiera los adultos, de padecer una otitis externa (OE), patología también conocida como la otitis del nadador o de las piscinas. Se trata de una inflamación del conducto auditivo externo (CAE) causada habitualmente por una infección.

Los especialistas indican que la humedad y las alteraciones del epitelio del CAE favorecen que la flora habitual provoque la infección. Los gérmenes más frecuentes son Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. El síntoma principal es la otalgia, que puede ser muy intensa, con un dolor que se acentúa al traccionar el pabellón auricular o al presionar el cartílago que precede al CAE. Es decir, el malestar aumenta cuando se lo presiona o al tocar o mover la oreja. También puede haber secreción, fiebre y si el conducto se encuentra muy inflamado, hipoacusia o sensación de tener el oído tapado.

La ausencia de cerumen puede favorecer su aparición ya que éste actúa como protector del conducto auditivo, por ello, se recomienda no extraerlo de forma sistemática. En aquellos casos en los que la persona tiene tendencia a formar tapones que ocluyen de cera o queratina de forma completa el conducto, es importante que la limpieza sea realizada por un profesional sanitario antes de la llegada del verano.

Por otro lado, la conjuntivitis es la infección de la conjuntiva del ojo, el tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. Llama la atención porque la inflamación provoca que los vasos sanguíneos sean visibles al adquirir un color rosado o rojizo.

Además, es bastante habitual que surja una secreción del ojo (lagañas) de color blanca, amarillenta o verdosa, lagrimeo excesivo, mayor sensibilidad a la luz, irritación con sensación de tener arena en los ojos y ardor o picor intenso en los ojos.

La conjuntivitis puede ser alérgica, infecciosa (bacteriana o vírica) o tóxica, y con el fin de evitarla en verano, es importante usar antiparras para nadar y bucear, evitar tocarse los ojos sin haberse secado las manos o si se ha estado en contacto con el césped o con la arena. Además, ducharse al salir del agua, usar toallas limpias y si es posible de uso individual, no compartir productos solares para la cara y ponerse las gafas de sol para proteger los ojos tanto de la  radiación solar como del polvo, la arena y las partículas en suspensión.

En cuanto a la prevención de la OE:

  • Secar bien la zona tras salir del agua.
  • Evitar estar en el agua durante mucho tiempo.

Para prevenir la conjuntivitis:

  • Evitemos compartir toallas y refregarnos los ojos con las manos sucias;
  • lavemos nuestra cara con agua y jabón al salir de la pileta o el mar;
  • el uso de lágrimas artificiales puede ser nuestro aliado para mantener los ojos lubricados.
07 de febrero de 2019
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