Comer despacio tiene más beneficios de los que imaginamos
Es probable que sepas que comer despacio ayuda a la digestión y aumenta la sensación de saciedad. Lo que seguramente ignores es que, tomarte tu tiempo para comer, respirando pausadamente, mejora su propio sabor.
Prejuicios que transforman nuestros alimentos
Luego de varios estudios, se ha comprobado que los propios conceptos que tenemos sobre la comida influye en el sabor. Probar los alimentos con una cucharada pequeña nos provoca un sabor más dulce por asociarla con el postre o comer un yogurt con cuchara blanca resulta más sabroso que si fuese de color negro.
Aromas y Sabores
Pero, ¿Cómo ocurre este proceso concretamente en nuestro organismo? El aroma de los alimentos no solo lo recibimos con la nariz sino también con la parte de atrás de nuestra boca y garganta, conectada con las cavidades nasales.
Allí, el aire forma una especie de cortina separando la garganta de la boca y que evita que estos compuestos se escapen hacia los pulmones. Al exhalar el aire se mueve hacia la cavidad nasal, donde es procesado por las células olfativas.
Si bien se trata de un proceso natural e inconsciente, puede potenciarse si comemos despacio y respiramos suavemente. Respirá con más calma y sacale el máximo provecho a tu comida.
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