El vitiligo, es una enfermedad de la piel que según la OMS afecta al 2% de la población total.
Se trata de una patología adquirida, no contagiosa y crónica cuya evolución no puede predecirse y que tiene como consecuencia la aparición de manchas blancas en la piel por destrucción de las células que generar la pigmentación.
No tiene un rango de edad específico para que se manifieste, aunque sucede con mayor incidencia entre los 10 y 30 años sin distinción de edad.
Las manchas aparecen más frecuentemente en zonas de más exposición, como cara, axilas, mucosas (labios, genitales, y encías), manos, pies, codos, tobillos y rodillas.
Su aparición o exacerbación se vincula con quemaduras solares, por eso se recomienda a todas las personas, tengan o no vitiligo, que cuiden su piel con higiene y protección UVB y UVA.
Para obtener un diagnóstico y tratamiento indicados debe consultarse con un médico dermatólogo o endocrinólogo, para que logre determinar la mejor alternativa que estabilice la despigmentación y recupere el pigmento de las lesiones.
En conclusión, es importante remarcar que aquellos que padezcan vitiligo pueden llevar una vida social sin problemas, ya que la enfermedad no es limitante en absoluto.
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