Más allá de las dificultades para respirar existen otros síntomas que pueden desembocar en asma. Problemas para dormir o tos frecuente son algunas de las posibilidades. Esto explica que muchos adultos no sepan que padecen la enfermedad y por eso es que tampoco buscan tratamiento.
Estudios han comprobado que el 65% de las personas entienden que la tos persistente puede ser sinónimo de asma y solo la mitad conoce que el dolor de pecho también puede significar síntomas.
Los expertos dicen que no es raro que el asma no se presente formalmente como algo técnico. En realidad es más habitual que lo que mucha gente cree. Para el paciente o quizá para el proveedor de atención primaria, las cosas que parecen una serie de síntomas de asma muy poco habituales en realidad son bastante comunes. Por esta razón se necesita con frecuencia a un especialista para diagnosticarlo y tratarlo.
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