Complicación grave de una infección previa. Si no se trata a tiempo, los principales órganos comienzan a fallar provocando la muerte.
Todo comienza con un cuadro infeccioso. Es decir, en una situación complicada de salud, luego de una intervención quirúrgica ó un accidente ó una falla sistémica de algún órgano. Y debe ser tratada como una urgencia médica con riesgo de vida.
Cuando ocurre una sepsis, el cuerpo comienza a liberar sustancias químicas en el torrente sanguíneo para combatirla. La complicación aparece cuando esas sustancias químicas provocan inflamación en todo el cuerpo, ello se denomina sepsis.
Se manifiesta mediante varios síntomas, como fiebre alta, frecuencia cardíaca elevada y respiración agitada o dificultad para respirar, confusión y desorientación. Si no se actúa a tiempo y no se controla, la sepsis puede avanzar, reduciendo la presión arterial y dificultando la provisión de sangre a órganos vitales.
El corazón, los pulmones, el cerebro y los riñones pueden sufrir daños. Pero lo más grave es que si la sepsis continúa, puede producirse un choque séptico, situación mortal en la que los órganos empiezan a fallar y la presión arterial desciende aún más, hasta provocar la muerte.
Por lo general, puede aparecer en ancianos, bebés menores de 1 año, mujeres embarazadas, con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades renales o pulmonares o cáncer y personas de riesgo con sistemas inmunitarios débiles.
El paciente deberá ser ingresado en terapia de cuidados intensivos, recibir antibióticos de amplio espectro, y en los casos más graves podrían necesitar someterse a hemodiálisis, conectarse a un respirador artificial y recibir fármacos para mantener la presión arterial.
Aquellas infecciones como las de la sangre, las infecciones abdominales o renales y la neumonía tienen mayor probabilidad de provocar sepsis.
Ante la presencia de un aumento de algunas variables clínicas que expresan la falla de ciertos órganos o sistemas y de laboratorio (estudios de función renal, parámetros de oxigenación sanguínea y otros), los médicos pueden diagnosticar la sepsis que tiene una morbilidad del 10%, pero si la persona entra en shock séptico que es cuando los principales órganos comienzan una falla sistémica este valor asciende al 40%.
Es importante advertir que no todas las infecciones pueden derivar en sepsis sino que depende de muchas variables y sobre todo de las enfermedades preexistentes.
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