Acá te explicamos las claves para afrontar este proceso único en la vida del hombre.
Casi siempre escuchamos sobre cómo vivir un embarazo desde la perspectiva de la mujer. Pero cuando un bebé llega a la vida de un hombre, se comienza un proceso único para él que vale pena plantear, respetar y consolidar. Este nuevo rol es un desafío que compromete todos los aspectos de la vida del futuro papá, y a su vez, implica grandes beneficios de crecimiento personal y evolutivo para él. Pero todo dependerá en gran medida del momento que esté pasando la pareja; esto determinará su estado de ánimo y su postura ante el cambio. Según sea el caso, podrá estar contento y convencido, o podrá no tener la voluntad de asumir la responsabilidad de traer un hijo al mundo. Por esto, es probable que aquel que lo vivió desde un principio en forma positiva comprenda mejor cuál debe ser su función de aquí en adelante con su hijo.
El hombre es sustancial en esta etapa donde la mujer necesitará mucha contención y cariño por parte de él, ya que ella se encuentra vulnerable e inestable, con sentimientos contradictorios y con las emociones a flor de piel. Esta situación de contención emocional debería estar bajo el dominio del rol del futuro papá. Si esto no se da de esta manera, es muy común que muchas mujeres busquen sustituir este papel por el del obstetra. Éste sólo debe cumplir su rol profesional de asistencia en la evolución del embarazo.
La experiencia indica que no todos los padres pueden, ni están listos para brindar ese apoyo que otorgue tranquilidad a las futuras mamás. Y muchas veces la embarazada excede sus propias expectativas de demanda, lo que vuelve la experiencia un poco más difícil de manejar. Pero lo aconsejable es que el padre pueda estar presente en todo lo que le sea posible y accione y colabore con calma y paciencia.
En tanto la embarazada debe, dentro de lo que sus emociones le permitan, dar libertad de acción al padre. Como por ejemplo, que él pueda elegir estar presente en los cursos de pre-parto u en el parto mismo. Todo depende de la relación que han construido como pareja y las motivaciones de sus personalidades como individuos.
Si llegara a haber una etapa complicada, el padre deberá aportar un rol mucho más marcado y determinante. Si bien, es difícil hablar de esta posibilidad, hay que tenerla en cuenta, porque ante hechos traumáticos la madre tenderá seguramente a echarse la culpa de la situación, como haber hecho mucho ejercicio, tomar algún medicamento; etc. En esos momentos lo ideal sería que la madre cuente con todo el apoyo, tanto del padre como del equipo médico, y que la institución en donde se encuentre contemple la posibilidad de seguir manteniendo el vínculo con su hijo si aparece por ejemplo la necesidad de traslado a terapia intensiva.
Otro aspecto imprescindible para tener en cuenta es el vínculo que establecerán padre e hijo, el cual recién podrá tomar un rumbo de crecimiento en el momento en que tengan una comunicación a través de las miradas o las palabras, como lo es la tan significativa palabra “papá”. Antes de todo esto, el padre sufrirá cierto desplazamiento en el vínculo con la madre. Que a diferencia de él, tiene un vínculo más precoz y tangible con su hijo, ya que lo puede sentir dentro de ella y lo va a parir. En consecuencia, es importantísimo crear y reforzar la integración del padre a lo largo de todo el período de embarazo, para que el sentimiento de desplazamiento no sea tan fuerte ni interfiera en la vida familiar; porque son procesos naturales e inevitables que con paciencia y atención se resuelven por caminos sanos que sacan a ambos padres más fortalecidos y resolutivos, más preparados para la crianza de una nueva vida.
Aún no hay comentarios en esta nota.
QUE TE AYUDARÁN A CUIDAR TU SALUD