hombre con asma utilizando un inhalador

El asma no es una sola enfermedad, sino un conjunto de variantes que comparten síntomas similares pero tienen causas, frecuencia y tratamientos distintos. Conocer los tipos de asma es clave para lograr un diagnóstico preciso y aplicar estrategias efectivas que mejoren la calidad de vida de quienes la padecen. 

En esta nota te contamos cuáles son las formas más comunes de asma, cómo se manifiestan y qué opciones existen para tratarlas. Porque entender tu cuerpo es el primer paso para cuidarlo mejor.

Asma alérgica: la más frecuente

Ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona de manera exagerada ante alérgenos como el polen, los ácaros del polvo, la caspa de animales o el moho. La inflamación resultante estrecha las vías respiratorias y dificulta la respiración.

Síntomas comunes: sibilancias, tos, falta de aire y problemas para dormir. Es más frecuente en niños y personas con antecedentes alérgicos.

Tratamiento:

  • Identificación y evitación de alérgenos mediante pruebas médicas.
  • Uso de antihistamínicos y corticosteroides inhalados.
  • Vacunas antialérgicas en casos específicos.
  • Prevención ambiental: limpieza profunda del hogar, uso de purificadores de aire y evitar actividades al aire libre en días con alta contaminación o polen.

Asma no alérgica: cuando el desencadenante no es una alergia

En este caso, la inflamación de las vías respiratorias se produce por factores como infecciones respiratorias, cambios de temperatura, irritantes químicos o estrés.

Síntomas: similares a otras formas de asma: tos, opresión en el pecho, sibilancias y dificultad para respirar.

Tratamiento:

  • Autocuidado: alimentación saludable, ejercicio moderado y manejo del estrés.
  • Vacunación contra la gripe y otras infecciones.
  • Uso de mascarillas en ambientes fríos o contaminados.
  • Corticosteroides para control prolongado y broncodilatadores de acción rápida en crisis.

Asma estacional: cuando el clima influye

Se presenta en determinadas épocas del año, como primavera u otoño, y suele estar relacionada con alérgenos ambientales como el polen o las esporas del moho.

Tratamiento:

  • Broncodilatadores de rescate para aliviar los síntomas.
  • Antihistamínicos y antileucotrienos si hay alergias involucradas.
  • Prevención: seguimiento de reportes climáticos, uso de mascarillas y protección contra el frío y el viento.

Asma inducida por el ejercicio: esfuerzo que desencadena crisis

Hasta el 90 % de los asmáticos pueden experimentar síntomas durante o después de la actividad física. El aire frío y seco inhalado durante el ejercicio puede irritar las vías respiratorias y provocar broncoconstricción.

Tratamiento:

  • Calentamiento previo y uso de inhaladores de acción corta.
  • Evitar entrenar con gripe o en ambientes fríos.
  • Cubrir nariz y boca al ejercitarse al aire libre.
  • Adaptar la rutina física a la condición personal.

Asma ocupacional: el entorno laboral como factor

Los síntomas aparecen o se agravan en el lugar de trabajo y mejoran al alejarse. Puede ser alérgica o no alérgica, según el tipo de desencadenante.

Tratamiento:

  • Identificación del agente irritante y reducción de la exposición.
  • Mejoras en ventilación, uso de mascarillas y cambios laborales.
  • Medicación: broncodilatadores de acción rápida y corticosteroides inhalados.

Asma eosinofílica: inflamación severa y difícil de controlar

Se produce por una sobreproducción de eosinófilos (los glóbulos blancos que generan una inflamación intensa en las vías respiratorias). Es una forma más grave y resistente a los tratamientos convencionales.

Tratamiento:

  • Terapias biológicas específicas para bloquear la acción de los eosinófilos, indicadas por el médico en casos graves.

Asma intermitente leve: síntomas ocasionales

Se caracteriza por episodios esporádicos de dificultad respiratoria, tos y sibilancias, que ocurren dos veces por semana o menos.

Tratamiento:

  • Uso puntual de broncodilatadores de acción rápida como el salbutamol.
  • No se requieren medicamentos diarios si la función pulmonar se mantiene normal entre crisis.

Asma persistente leve: síntomas más frecuentes

Los síntomas aparecen más de dos veces por semana y pueden incluir despertares nocturnos. Si no se controla adecuadamente, puede interferir con las actividades diarias.

Tratamiento:

  • Corticosteroides inhalados en dosis bajas.
  • Broncodilatadores de acción rápida para aliviar los síntomas.

Asma persistente moderada: mayor compromiso pulmonar

Los despertares nocturnos ocurren más de una vez por semana y la función pulmonar comienza a deteriorarse.

Tratamiento:

  • Corticosteroides inhalados combinados con broncodilatadores de acción prolongada.
  • Antihistamínicos si hay componente alérgico.

Asma persistente severa: atención médica intensiva

Es la forma más grave. Los síntomas son frecuentes y severos, y pueden requerir hospitalización o ingreso a cuidados intensivos.

Tratamiento:

  • Dosis altas de corticosteroides inhalados y broncodilatadores de acción prolongada.
  • Oxigenoterapia, nebulizaciones, corticosteroides intravenosos y monitoreo constante.
  • En casos críticos, ventilación asistida y uso de sulfato de magnesio intravenoso.

El diagnóstico médico es fundamental

El diagnóstico y tratamiento deben estar siempre en manos de un profesional. Solo el médico puede determinar con precisión qué tipo de asma tenés y cuál es el enfoque más adecuado para tu caso.

11 de septiembre de 2025
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