En nuestro país, la automedicación es una costumbre en aumento, teniendo el mayor consumo de la región.
La falta de tiempo, los medicamentos de venta libre, y las costumbres arraigadas desembocan en el escenario
actual en Argentina, liderando el podio de los lugares con mayor consumo de antibióticos en América Latina.
El 99% de los argentinos se automedica, situación que preocupa a los profesionales de la salud.
La reglamentación que en 1969 prohibió la comercialización de los psicotrópicos sin receta fue efectiva. La legislación alcanza también a los antibióticos, pero son muy pocos los comercios que la respetan y muchas las personas que no los perciben como algo tóxico.
Lo más usual es que los antibióticos no se deben vender bajo receta archivada, es decir, el médico no brinda una copia de la receta que debería quedar en la farmacia.
El uso indiscriminado de antibióticos encabeza la agenda de las problemáticas que trata la OMS. Se investigan ciertas bacterias que resisten a los antibióticos mientras que se trabaja sobre la concientización sobre su buen uso y poder erradicar de este modo aquellos antibióticos para dolencias que ahora parecen menores.
A medida que pasa el tiempo, las bacterias hacen estragos. Para citar un ejemplo, ya hay tasas de resistencia de antibióticos para infección urinaria, en algunos casos de infecciones de piel, en los que las bacterias cambiaron los perfiles de resistencia.
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