Actualmente hay 36 millones de ciegos y 217 millones de personas con baja visión en todo el mundo, según datos de la Agencia Mundial para la Prevención de la Ceguera. El 80 por ciento de esos casos son evitables, ya sea porque se pueden tratar o se pueden prevenir. Por eso, en esta nota te brindamos consejos para cuidar tu vista.

¿Cuáles son las causas principales de pérdida de visión?

Problemas de refracción: tales como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía que no se corrigen. Es decir, que las personas que las padecen no usan anteojos ni lentes de contacto.

Glaucoma: el aumento de la presión ocular puede provocar ceguera si no se trata. Como es asintomático, los pacientes no lo advierten a tiempo, y cuando consultan ya tienen muy disminuida la visión. Al detectarse, se logra detener su progresión.

Cataratas: es la causa de ceguera más evitable porque puede corregirse con cirugía. La falta de acceso a centros oftalmológicos, escasez de recursos y miedo a la cirugía son las principales razones por las que la gente no se trata.

Diabetes: esta patología mal controlada causa retinopatía diabética, que daña los vasos sanguíneos de la retina.

Enfermedades corneales: estas patologías tienen solución gracias a los trasplantes de córnea. En Argentina hay tres mil pacientes que esperan una donación de córnea para poder ser tratados.

La córnea es un tejido que se obtiene post mortem y que no requiere histocompatibilidad, a diferencia de los órganos, por eso los expertos recomiendan su donación. Desde el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) se trabaja para generar una mayor conciencia en torno a esta cuestión.

¿Cómo podés cuidar tu vista?

Si bien la mayoría de las causas de pérdida de visión son consecuencia de la genética, los hábitos son igual de determinantes a la hora de cuidar la vista.

Protegé los ojos del sol: los rayos ultravioletas no solo afectan a la piel sino también a la vista. Usá gorros y anteojos con filtros adecuados, ya sea para cuidarse del sol o la nieve.

No fumes: Los tóxicos que contienen los cigarrillos comprometen la visión.

Usá las protecciones adecuadas en el trabajo: Ya que algunas profesiones generan traumatismos oculares. Este consejo se aplica no solo a los que trabajan con la manipulación de objetos, sino los que pasan muchas horas frente a la computadora.

Incorporá ciertos alimentos a la dieta: Una dieta rica en vegetales que contengan carotenos -como zapallo y zanahoria- y luteína -como brócoli- ayuda a retrasar el envejecimiento retinal. Consumir pescados como salmón y trucha que contienen omega 3, que ayuda a estabilizar la superficie ocular y mejorar la calidad de lágrimas.

Realizá actividades al aire libre: Es un factor protector para la miopía. Por lo tanto, la recomendación es menos pantallas y más actividades al aire libre. Este hábito hay que inculcarlo a los más chicos.

Visitá al oculista de forma regular: los controles periódicos son la clave para prevenir patologías oculares y detectarlas de manera precoz.

Entre los 18 y los 40 años se recomienda realizar controles periódicos cada tres o cinco años.

-Dos signos de alarma son:

Visión borrosa: tanto al mirar de cerca o lejos.

Cansancio visual (astenopía): dolor en la zona frontal relacionado con la actividad visual, ya sea en la lectura o al mirar las pantallas.

Presbicia: Aparece entre los 40-45 y los 65 años, con lo cual, a partir de esa edad los controles tienen que ser más frecuentes.

A partir de los 60-65 años aparecen patologías como glaucoma, cataratas y alteraciones retinales. Si no se detectan, no se puede tratar.

Las pantallas ¿amigas o enemigas?

En los últimos años, se registró un aumento de miopía en los niños y los expertos apuntan a que este hecho está relacionado con el uso excesivo de dispositivos electrónicos que hace que fijen la visa de cerca. La Asociación Americana de Pediatría recomienda evitar el uso de pantallas en menores de 2 años y en chicos de entre 2 a 5 años limitarlo a únicamente una hora por día.

Otro efecto es que generan un esfuerzo en el músculo ciliar, que es el encargado de realizar el enfoque de cerca. El problema es que uno pasa tanto tiempo haciendo actividades de cerca que se genera un espasmo y contractura de este músculo, generando visión borrosa transitorio y cefaleas en algunos pacientes jóvenes.

Por eso, la Academia Americana de Oftalmología sugiere que se adhiera a la regla de cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y mirar algo a más de seis metros.

18 de abril de 2024
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