El ejercicio físico tiene múltiples beneficios para niños y jóvenes. Aumenta la flexibilidad y favorece la coordinación de la musculatura. Además de ayudar al desarrollo físico, fomenta la integración, las habilidades sociales y el compañerismo. Conocé en esta nota cuáles son los mejores deportes para tus hijos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 42 millones de niños padecen sobrepeso a nivel global, de los cuales el 83% se concentra en países desarrollados.
Realizar actividades deportivas durante 60 minutos al día como mínimo es la principal recomendación de la OMS para combatir el sobrepeso y la obesidad, que parecen ser la epidemia del siglo XXI en niños y adolescentes de entre 5 y 17 años.
El deporte tiene múltiples beneficios, tanto a corto como a largo plazo, ya que ayuda a aumentar la flexibilidad, a tener una buena postura corporal y potencia el crecimiento, además de favorecer la integración y las habilidades sociales de los niños.
Es importante que el niño o el adolescente haga el deporte que le guste, y es obligación de los adultos enseñarles a disfrutar de actividades físicas variadas para que tengan diversas opciones.
¿Cuáles son los mejores deportes para realizar en la infancia?
1) Natación. Es uno de los deportes más completos, ya que se ejercitan todos los músculos del cuerpo, aumenta la flexibilidad y corrige los problemas posturales. Además, el entorno acuático y cálido del agua relaja tanto el cuerpo como la mente, disminuyendo la ansiedad y el estrés. Su alto nivel de complejidad técnica fomenta el espíritu de superación.
2) Basquetbol. Al ser un deporte que se puede practicar tanto al aire libre como en pista cubierta, permite disfrutar de él los 365 días del año sin importar la estación. El baloncesto mejora la concentración y desarrolla la agilidad, la coordinación y los reflejos. Los valores del respeto y la tolerancia están presentes en este deporte que fomenta el espíritu de cooperación y el trabajo en equipo entre los alumnos.
3) Judo. Este arte marcial milenario procedente de Japón significa «camino de flexibilidad» y es una de las disciplinas de combate más extendidas a nivel mundial. Sus principios de defensa y autocontrol favorecen la capacidad de toma de decisiones, permite una educación física integral, mejora la coordinación, el equilibrio y la rapidez de reacción.
4) Waterpolo. Es la solución perfecta si a nuestros hijos la natación les parece aburrida y prefieren los deportes de equipo. Mejora la residencia cardiopulmonar, estimula la circulación sanguínea, mantiene la presión arterial estable y disminuye las probabilidades de sufrir enfermedades del corazón. Además, fomenta el desarrollo de habilidades físicas y psíquicas ya que requiere de una buena conducción de la pelota y destreza mental.
5) Fútbol. Desarrolla la capacidad de atención y lógica. Al pensar en la mejor jugada posible y la visión periférica, los niños aprenden a observar y analizar lo que ocurre a su alrededor. Fomenta el compañerismo y el aumento de la resistencia aeróbica, la velocidad y la potencia muscular de las piernas así como la densidad ósea en el fémur.
6) Escalada deportiva. Tiene un alto poder pedagógico ya que ayuda a superar los miedos y desarrolla un espíritu de compañerismo y responsabilidad sin igual debido a la constante toma de decisiones, favoreciendo al proceso cognitivo. Mejora la coordinación, la flexibilidad y el equilibrio, así como la fuerza en piernas y brazos.
7) Ajedrez. Desarrolla una capacidad crítica, una visión estratégica y una agilidad mental sin parangón. Ejercita la memoria, ya que el aprendizaje se realiza a través de la repetición de movimientos, y potencia el pensamiento empático al considerar los posibles movimientos del contrincante.
El deporte no solo es una buena manera de que los niños realicen actividades físicas, sino que también es una buena herramienta de educación. Enseña reglas, que más tarde incorporan a su rutina y aplican en el ámbito familiar o en el colegio.
La práctica deportiva, ya sea individual o en grupo, ayuda a trasmitir valores como el compañerismo y el respeto, principios esenciales para el adecuado desarrollo de un niño.
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