La medicina es una de las disciplinas más demandantes, no sólo por el tiempo y esfuerzo que conlleva sino porque además se necesita de una abundante fuente de conocimientos para saber cómo atender cada caso. En esta nota reflexionamos acerca de las cualidades que debe tener toda persona que quiera dedicarse a la medicina.


Definir qué es ser médico hoy es un interrogante que nos enfrenta al ejercicio de bucear en lo más profundo de la vocación. Además, nos obliga a indagar en las razones detrás de esa decisión. Seguramente no exista una única respuesta.

Ser médico es tener actitud ante esta elección, es reconocer la pasión por estudiar, investigar y aprender.

El crecimiento exponencial de la ciencia médica obliga a los profesionales a actualizarse en forma permanente. Esto suele “robarle” tiempo a la vida personal, a las familias y afectos, pero la profesión exige ser más eficientes y brindar calidad de cuidados a quien lo necesita.

-Los cambios tecnológicos han significado un enorme avance en la práctica diaria, por ejemplo, en el caso de las imágenes y la telemedicina. Dos o más grupos médicos, conectados por modernos equipos, generando una interconsulta, un ateneo o una clase, a miles de kilómetros uno del otro, pero con la misma fidelidad de lo presencial.

En otro sentido, el abuso de las consultas médicas a través de WhatsApp es la contracara de un fenómeno que nos desafía a buscar nuevas formas de adaptarnos; que todavía intentamos resistir. Estos son sólo algunos ejemplos de la modernidad. Herramientas al fin, cuyas bondades no residen en sí mismas, sino en el uso que les demos.

-Ser médico es conocer los propios límites y saber que en muchas oportunidades se debe trabajar en equipo y de manera interdisciplinaria con colegas de otras especialidades.

-Significa mucho más que abrazar el arte de curar: es escuchar, contener, acompañar y empatizar con el enfermo y brindar apoyo a la familia. El “padre de la medicina”, Hipócrates, dijo: “Donde hay amor, hay arte médico”.

Un médico necesita:

· Tener lucidez y ser buen observador.
· Tener empatía, humildad, saber escuchar.
· Usar un lenguaje claro.
– Tener un buen manejo del estrés.
-Saber trabajar en equipo.
· Y, claro, también algo de humor.

Todos estos valores humanos son tan importantes como el dominio científico.

Confianza y conciencia son la esencia atemporal de la relación médico-paciente. Confianza que el paciente deposita en su médico y conciencia por parte de este para ofrecerle lo mejor.

. Más allá de las vicisitudes del sistema de salud, no se debe perder la esencia humana y ética.

-Ser médico implica entrega, sacrificio, preocupación por quien los necesita, generosidad, lealtad y honestidad. Es entregar al enfermo lo mejor de sí mismo, es acompañar en la muerte digna, y esto excede la formación científica y académica.

-Ser médico es saber ponerse en el lugar del otro, y de esta manera comprender lo que el paciente necesita.

Es cuidar, pero también cuidarse evitando el desgaste, y es saber que algún día ese médico puede estar sentado del otro lado del escritorio. 

04 de mayo de 2023
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