26Abr 2019
Recuperación posparto

Luego del momento tan preciado de dar a luz, llega el momento del cuidado de tu bebé. Pero,  también es importante que tengas en cuenta tu recuperación física y sobre todo emocional luego del parto.

La recuperación posparto es un proceso lento y gradual, que es necesario transitar de una manera plena, conectada con tu bebé sin descuidar tus propias necesidades.

Después del nacimiento, se inicia un proceso de readaptación a la normalidad de tu cuerpo, sobre el que muchas madres no están suficientemente informadas. Durante los nueve meses en que llevaste a tu bebé en el vientre, tu organismo se alteró por completo para satisfacer las necesidades de desarrollo del feto.

En este proceso aparecen:

  • La devolución del útero y los músculos abdominales a su tamaño normal.
  • El restablecimiento del equilibrio hormonal.
  • La readaptación del sistema sanguíneo.
  • La recuperación del deseo sexual, etc.

Por otro lado, el canal del parto, la vejiga, las mamas, el intestino, el metabolismo y la piel deben volver a adecuarse a su estado original. Todo este proceso no se da de un día para otro, sino que puede llevar algunos meses.

Es importante que durante todo este proceso estés acompañada del apoyo de tu familia, y del asesoramiento de tu médico quien podrá brindarte las sugerencias necesarias.

Existen algunas consecuencias físicas, después del parto como por ejemplo:

  • Hemorragia vaginal: después del parto es normal que se sufran pérdidas más abundantes que las que ocurren con la menstruación y que se acompañan con la presencia de coágulos. Es lo que se conoce como loquios y corresponde al desprendimiento de los últimos restos de placenta del endometrio. Esta hemorragia puede tener una duración de hasta 40 días.
  • Contracciones postparto: también se conocen como entuertos y pueden causar dolor en algún momento. Corresponden a las contracciones del útero para recuperar su tamaño habitual y evitar hemorragias importantes. Las molestias suelen presentarse durante tres a cuatro días después del parto, aunque el útero tarda más tiempo en volver a su tamaño natural.
  • Canal del parto: el esfuerzo realizado por los músculos del canal del parto pueden ocasionar molestias y dolores durante unos días.
  • Cicatrices: la episotomía y la cesárea dejan cicatrices que molestan, causan dolor y limitan la movilidad, especialmente durante los primeros diez días después del parto.
  • Dolores de la zona perineal: los músculos de esta zona presentan molestias después del parto, aun cuando no se haya realizado la episotomía, por el estiramiento a que se han sometido.
  • Cansancio: tras el parto persiste una sensación de agotamiento, causada por el trabajo de parto y aumentada por la atención al bebé, que resta horas de sueño.
  • Dificultad para orinar: si bien la vejiga empieza a recuperar su forma y tamaño natural, durante el parto puede haber sufrido algún tipo de trauma o verse afectada por la anestesia. También el dolor perineal puede causar un espasmo que comprima la uretra. Los especialistas sostienen que es importante que se vacíe la vejiga en las primeras ocho horas después del parto, para evitar posibles complicaciones. Para esto, es necesario ingieras mucho líquido durante los primeros días.
  • Estreñimiento y hemorroides: la distensión de los músculos abdominales es una de las causas más importantes. Se sugiere incluir mucha fibra en la dieta y caminar bastante lo que contribuirá a restablecer la normalidad intestinal.

Más allá de los cambios físicos, los cambios hormonales y el cansancio, vernos con un cuerpo que sufrió muchos cambios, sumado a la atención que requiere el bebé puede generar cierta inestabilidad emocional luego del parto.

En este caso, los especialistas sugieren que descanses todo lo que puedas. Por ejemplo, cada vez que el bebé lo hace, para poder recuperarte. La falta de sueño tiene consecuencias negativas en nuestra salud, tanto físicas como anímicas, por lo que debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que los ratitos de descanso sean lo más reparadores posibles.

Por otro lado, cuidá tu alimentación. La falta de tiempo y la demanda continua de nuestro bebé, puede hacer que acabemos comiendo mal, rápido y poco, lo que conlleva a un riesgo para tu salud como para nuestro bebé si está siendo amamantado. La calidad de lo que ingieres se transfiere a tu leche materna, así que es importante también que cuides este aspecto.

Por último, si bien el estado emocional de la madre lógicamente se ve alterado después de dar a luz, es importante saber reconocer las señales que podrían manifestar una depresión posparto. Si sentís que algo no está bien después de haber tenido a tu bebé, no te motivan las cosas que antes tanto te apasionaban, tienes sentimientos negativos sobre la maternidad, te sientes desanimada en general y no podés salir de ese estado, buscá ayuda profesional.

 

26 de abril de 2019
Comentarios
Debes ingresar para poder comentar.

Aún no hay comentarios en esta nota.