¿Sabías que tus lentes pueden juntar gérmenes si no los limpiás con frecuencia? Es por esto que debes limpiarlas a menudo, pero de forma correcta para no dañarlos. Te contamos qué hacer y qué no.
Te sentás a trabajar, a ver una película o leer un libro y notás que las lentes tienen una manchita que dificulta la visión. Tomás una servilleta o tu remera y la pasas rápido por el lente para quitarla y continuar con lo que estabas haciendo Te adelantamos que esa no es la forma adecuada de higienizarlas. ¡Te contamos cómo hacerlo!
Tené en cuenta que tus gafas están compuestas por el marco, los lentes, soportes nasales, bisagras y tornillos. Por lo tanto, una limpieza profunda tendría que incluir todos estos componentes.
¿Por qué es importante limpiar las gafas?
Primero, para preservar la salud ocular. Al margen de que la suciedad no permite ver bien, se acumulan gérmenes y bacterias que pueden ser nocivas para la salud. Cuando la visión se torna borrosa a causa de unas lentes con manchas o grasitud, se fuerza la vista. Esto te puede llevar a experimentar fatiga visual y dolores de cabeza.
Segundo, para evitar la proliferación de microorganismos que puedan ser perjudiciales. Según un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las gafas se contaminan con diferentes bacterias.
Lo más preocupante es que la mayoría de estas se encuentran en las patas, en la zona que rodean las orejas y en los soportes nasales. Justo las partes que casi nunca se limpian. Entre las más comunes está el Staphylococcus.
Cómo limpiar los lentes
Primero, lavá bien tus manos con agua y jabón para no transferir gérmenes. La limpieza de los lentes se hace a diario y toma menos de un minuto. Necesitarás un paño de microfibra que no los raya ni los mancha. Si aún lo conservás, es el que te dieron en la tienda cuando las compraste.
Además, te sugerimos un líquido exclusivo para limpiar anteojos que viene en spray y es apto para lentes de policarbonato. Si no, podrías utilizar un detergente de cocina no cremoso. Ahora sí, procedé con estos pasos:
- Lavá los lentes con agua tibia para eliminar las partículas que puedan rayar y dañar el cristal.
- Secá con el paño de microfibra.
- Rocíá el líquido para gafas sobre ambas caras de los lentes. Si utilizás detergente, colocá una gota en los dos lados, frotá con cuidado la superficie y enjuagá.
- Secá bien los cristales y listo.
Cómo limpiar el marco
El marco se puede limpiar una vez a la semana, pero siempre depende del uso que le des. Prestá atención a las partes más pequeñas, como tornillos y bisagras. Los gérmenes que se juntan en el marco pueden causar lesiones en la piel.
Seguí estos pasos:
- Sumergí el marco en agua tibia y frotalo con las manos con detergente de cocina no cremoso.
- Enjuagá con agua tibia.
- Secá con una toallita húmeda embebida con alcohol para repasar los soportes nasales y la parte de las patas de las gafas que están en contacto con las orejas.
¿Qué se debe evitar al limpiar las gafas?
El material de los lentes y de algunos marcos son muy delicados y no admiten determinados géneros ni sustancias de limpieza.
Paños de limpieza
Evitá utilizar un paño que no sea de microfibra. Toallas de papel o los tejidos de prendas de vestir podrían dañar los cristales y rayarlos. Con el tiempo pierden claridad y parecerán manchados.
Productos de limpieza
Los productos que contienen acetona (como los quitaesmaltes de uña) son muy dañinos, tanto para los cristales como para los marcos. Si no tenés el líquido especial para gafas, lo mejor es usar detergente de cocina.
Tu aliento
Si utilizas tu aliento para humedecer las gafas y luego le pasas un paño, estarás llevando los gérmenes de tu saliva a los lentes. Encima no quedarán limpias, sino todo lo contrario.
¿Cómo guardar los anteojos correctamente?
El almacenamiento es parte fundamental para el cuidado. No debés dejarlas sueltas en tu bolso, cajón, mesa de luz o escritorio porque se van a rayar por completo.
Lo ideal es guardarlas en su propio estuche y, si es rígido, mejor. De esta forma estarán protegidas contra golpes fuertes y caídas. En caso de no contar con un envoltorio podés ponerlas en algún bolsillo interno de tu bolso, siempre que tenga cierre. Si quedan en tu escritorio, déjalas con los lentes hacia arriba.
Limpiar los anteojos es parte de tu rutina
Te invitamos a que la limpieza de tus gafas se vuelva
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