En la rutina, podemos encontrar la excusa para enderezar nuestra alimentación, incorporar hábitos y costumbres que tal vez hayamos olvidado durante las vacaciones.
Un descanso de 8 horas como mínimo y administrar el tiempo que los chicos pasan frente a la pantalla y el televisor resultan indispensables para retomar las clases bien predispuestos.
Acompañarlos en sus días, alentarlos a que lleven las tareas al día y fomentar la actividad física también son de gran ayuda.
La alimentación es el gran aliado para garantizar que nuestros hijos se sientan óptimos a la hora de incorporar contenidos.
¿Qué debemos hacer? Jamás saltear el desayuno y elegir en todas las comidas alimentos variados e ir cambiando constantemente para balancear su dieta: frutas, verduras cocidas y crudas, carnes, leche y cereales.
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