Con el grado de ansiedad y de incertidumbre que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia, uno de los efectos secundarios más comunes es el insomnio o el sueño alterado. Nuestra rutina se modificó y esto impacta a la hora de dormir. Aquí te brindamos algunos consejos de expertas para conciliar el sueño.
Descansar correctamente es fundamental para nuestra salud y bienestar. Un buen descanso es una de nuestras principales fuentes de energía y un factor determinante para tener un buen estado de ánimo.
Al dormir nuestro cuerpo se recupera, mejora nuestra memoria y concentración en general, se fortalece nuestro sistema inmune, disminuye la presión arterial y la inflamación en el cuerpo, nos genera más energía y ayuda a mantener un peso saludable.
Quienes ya padecían insomnio vieron aún más afectada su capacidad de descansar y quienes no tienen la necesidad de cumplir horarios en este contexto, son más propensos a trasnochar, generando un corrimiento de horarios que los hace vivir de noche y dormir de día.
El estrés, los miedos y la ansiedad son una de las principales causas del insomnio, por lo que aquí te dejamos algunas claves para mejorar la calidad del sueño:
La especialista Beatriz Goyoaga dice:
-Utilizá tu cama solo para dormir o para actividades relajantes.
–Realizá actividad física durante el día. El ejercicio mejora nuestra calidad de vida y ofrece innumerables beneficios físicos, psicológicos y sociales. Esta sensación de bienestar impacta directamente en nuestra capacidad de descanso ya que su práctica regular reduce la ansiedad y la depresión, y genera pensamientos positivos a la hora de apoyar la cabeza en la almohada. 20 minutos de yoga o caminata colaborarán con nuestro objetivo.
-Relajá cuerpo y mente. Al relajarnos, generamos un estado de bienestar que favorece que nuestro ritmo cardíaco, respiración, dolores, estrés y ansiedad se regulen. También eliminamos tensiones musculares y emocionales.
Por su parte, la experta en bienestar y descanso, Jana Fernández, ofrece los siguientes trucos:
. Planificá tu día: La regularidad en los horarios es esencial. Evitá en la medida de lo posible vivir a un ritmo acelerado.
. Prepará el dormitorio: Procurá que sea un espacio limpio, ordenado y bien ventilado. La temperatura es un factor clave: la idónea para dormir es de 15-22º C para adultos y 18-21º C para niños.
. Ropa de cama adecuada: Por ejemplo, las mantas pesadas, que aplican una ligera presión a los músculos gracias a su peso extra, ayudan a dormir mejor, ya que ayudan a liberar melatonina y serotonina, que reduce el cortisol (la hormona del estrés) y que relaja el cuerpo.
. Utilizá una bruma relajante: Los sprays o brumas que se echan sobre la cama o la almohada antes de dormir ayudan a relajar el organismo, facilitando el sueño.
. Cuidá tu alimentación: Evitá las bebidas estimulantes a partir de las 15-16h y las comidas copiosas antes de dormir.
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