Aumenta la temperatura y el tiempo que pasamos en el agua. Esto produce picazón en la piel del oído que, al rascarse, se lastima y puede llegar a infectarse. Esto sucede con todas las aguas pero, la de piletas, compuestas con cloro y productos de limpieza, resultan más irritantes.
La otitis es una inflamación o infección en el oído externo o medio. En general se trata de lesiones dérmicas con micro erosiones, que representan la puerta de entrada de las bacterias.
También pueden existir otitis de tipo medio, si la mucosidad se origina en las vías respiratorias.
En ambos casos los síntomas son dolor (que se intensifica al masticar o presionar), picazón, sensación de obstrucción y, dependiendo la gravedad, puede haber secreciones purulentas o fiebre en los niños.
Es importante aclarar que, si se presenta alguna molestia no debe introducirse nada en el oído, ni siquiera gotas (favorecen a la inflamación). Consultar con un especialista de inmediato: estos cuadros no revierten solo, sino con tratamiento.
El profesional sabrá indicarnos cuál será la mejor solución: medicación local, analgésicos o antibióticos.
Por último, recordamos que no se deben rascar los oídos, insertar hisopos u otros objetos. Los oídos no se limpian, sólo se puede higienizar el pabellón externo (oreja) con papel tissue.
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