Si sos uno de ellos, es probable que no estés tratando tu audición como es debido. Este zumbido se expresa en sonidos como la lluvia, el cantar de pajaritos, soplidos, silbidos e incluso interferencia durante una comunicación. Esta manifestación nos está anticipando una posible pérdida de la audición. Por eso, deberíamos prestarle
importancia. Los más afectados resultan los jóvenes que admiten escuchar música a un volumen muy fuerte.
Según un estudio realizado por Gaes Centros Auditivos, el 62% de los jóvenes de entre 18 y 24 años aseguraron haber sentido el zumbido en recitales o cerca de la explosión de fuegos artificiales, por ejemplo.
Mientras que, en el caso de los adultos, admiten percibir este pitido de manera constante.
Los síntomas suelen provocar una cadena en la que, sin pensarlo, nos agredimos: al escuchar menos, elevamos la voy y aumentamos el volumen en que escuchamos música.
Analía Nicassio, otorrinolaringóloga del Hospital Italiano asegura que «Escuchar música con auriculares a volumen altísimo, por ejemplo, genera un trauma acústico. Eso no se recupera. Por eso, es fundamental no estar cerca de los parlantes durante un recital y usar protección especial si uno trabaja en un lugar con ruidos. Después de una exposición significativa la persona queda aturdida y debe descansar el oído por lo menos 24 horas”. Pese a estos datos los adolescentes le restan importancia, los mismos adolescentes que luego acuden al consultorio con lesiones auditivas a los 20 años.
Acorde a la OMS, el límite apropiado para escuchar debe estar entre los 75 u 80 decibeles. Si la persona pasa 8 horas o más por encima de ese espectro probablemente se desarrollen problemas. Estas afecciones son irreversibles, pero existen tratamientos para lograr que el acúfeno no represente un estímulo significativo para el sistema nervioso y se pueda vivir del mejor modo posible.
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