La pandemia modificó nuestras actividades diarias. 6 de cada 10 argentinos (56,9%) refirieron haber subido de peso y el 36,6% redujo su rutina de actividad física durante la cuarentena. En esta nota te contamos acerca de la importancia de una alimentación saludable y cómo seleccionar y tratar los alimentos que consumimos.
La Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) realizó una encuesta a casi 5.500 personas de entre 18 y 70 años para conocer cómo la pandemia por coronavirus modificó las rutinas y los hábitos alimenticios Los resultados muestran que 6 de cada 10 argentinos (56,9%) refirieron haber subido de peso durante la cuarentena.
Con respecto a la actividad física, el 36,6% de los argentinos redujo su rutina, el 31,8% no realizó ningún tipo de ejercicio y, apenas, el 17,5% mantuvo el nivel de actividad y la frecuencia que venía llevando antes de declarado el aislamiento social preventivo y obligatorio.
La ansiedad y el estrés pueden actuar como disparadores de una ingesta emocional. Estar en movimiento ayuda a mejorar las funciones cognitivas e independientemente de la edad y/o de la condición física, aportando beneficios psicológicos fundamentales en este momento. Realizar actividad física en forma regular mejora el ánimo y reduce el estrés y la ansiedad, factores que influyen en la lucha contra la obesidad.
Una buena alimentación ayuda a proteger y cuidar la salud. Es tiempo de reflexionar sobre las elecciones alimentarias, dónde se compran, de qué manera se manipulan y preparan esos alimentos.
Recomendaciones generales:
-Hidratarse: tomar al menos 2 litros de líquido al día, prefiriendo siempre agua.
-Comer frutas y verduras todos los días. Al menos 5 porciones de frutas y verduras al día (3 frutas medianas y medio plato de verduras en el almuerzo y cena). Se las puede incluir en tartas, revueltos, salteados junto con alguna pasta, guisos. Las frutas se pueden consumir frescas, cocidas o en postres.
En esta época, se puede consumir brócoli, achicoria, chaucha, coliflor, espinaca, acelga, apio, berenjena, zanahoria, zapallito, membrillo, pomelo, naranja, pera, banana, mandarina y manzana.
-Alimentos procedentes de granos enteros (pan integral, pasta o
arroz integral) y legumbres (lentejas, porotos, arvejas, etc.).
–Productos lácteos (leche, yogur, quesos) descremados. Tres
porciones diarias.
–Frutos secos (almendras, nueces, maní sin sal, etc.) y semillas (girasol, chía, lino, calabaza).
–Carnes y huevo. Cortes magros, ya sea carne de vaca, pollo, cerdo y pescado, sin grasa visible ni piel. Huevo: consumirlo bien cocido.
–Evitar alimentos precocinados, ultra
procesados y comida rápida.
–Mantener la rutina. Realizar las 4 comidas diarias: desayuno, almuerzo,
merienda y cena, a horarios regulares.
Consejos para las compras y la sanitización de los alimentos:
–Retirar los envases innecesarios y desecharlos en un cesto de basura con tapa.
-Preparar un pulverizador que contenga 70% de
alcohol y 30% de agua.
-Limpiar los productos enlatados y desinfectarlos antes de abrirlos o
guardarlos.
-Lavar a fondo y con agua corriente los productos no envasados, como las frutas y las
verduras. Colocar gotas de lavandina por litro de agua como indica el
envase y agregar las frutas y verduras por 10 minutos, enjuagar con agua y
secar.
–Lavarse frecuentemente las manos con jabón y agua durante 20 segundos antes de preparar los alimentos.
–Utilizar tablas de cortar separadas para preparar carne y pescado crudos.
-Cocinar los alimentos a la temperatura recomendada.
–Mantener los productos perecederos refrigerados o congelados y prestar atención a las fechas de vencimiento.
-Utilizar utensilios y platos limpios.
Por último, resaltar que esta puede ser una buena oportunidad para cocinar en familia y aprovechar a aprender nuevas recetas ricas y saludables.
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