08Jun 2023
El sistema inmune ¿Qué es y cómo funciona?

El sistema inmune es capaz de reconocer millones de microbios diferentes y de destruir con eficacia los cuerpos extraños que llegan a nuestro organismo ¿Cómo lo hace? Conocé más en esta nota. 

Vivimos expuestos a la actividad nociva de innumerables microorganismos -bacterias, virus, hongos, parásitos-, sin embargo, nuestro organismo cuenta con la mejor defensa natural: el sistema inmune, formado por una compleja y organizada red de órganos, tejidos y sustancias específicas. Sin él, cualquier infección podría matarnos.

¿Cómo funciona?

A través de la detección de unas partículas presentes en esos microorganismos, los antígenos, que funcionan como una señal de algo que es ajeno a nuestro organismo.

-Otra de sus principales funciones es la vigilancia inmunitaria: Detectar y eliminar células que dejan de funcionar adecuadamente en el cuerpo y que podrían originar algún tipo de cáncer.

¿Cómo nos protege? Los glóbulos blancos y la memoria inmunitaria
Cuando nuestro sistema inmunitario reacciona ante una infección, se da una respuesta que conocemos como inflamación, producida por el desplazamiento de los glóbulos blancos -nuestras células defensoras- hasta el punto del organismo donde está la infección. Por ejemplo, se puede inflamar la zona donde nos hemos hecho un corte o herida o, durante un catarro, la garganta. Los glóbulos blancos fabrican anticuerpos específicos para combatir los antígenos.

-Una vez superada la infección, nuestro sistema inmunitario reconoce esos agentes que nos atacaron con anterioridad. Esto se llama memoria inmunitaria: los glóbulos blancos recuerdan ese patógeno y producen los anticuerpos requeridos más rápido, en más cantidad y de mejor calidad. De esta forma, si vuelve a presentarse el mismo agente infeccioso, estaremos preparados para combatirlo de forma más inmediata y eficaz.

¿Qué tipos de inmunidad hay?

-Inmunidad innata o natural. Nos protege desde que nacemos contra una gran variedad de gérmenes. Incluye una primera barrera de defensa integrada por la propia piel y por membranas mucosas como la nariz, la garganta o el tracto gastrointestinal.

Inmunidad pasiva. No proviene del propio organismo y es temporal, como los anticuerpos que la madre transmite a su bebé mediante la lactancia.

Inmunidad adquirida, adaptativa o activa, es la capacidad de emitir una respuesta dirigida en contra de un patógeno concreto. Va cambiando a lo largo de la vida: cada vez que una persona entra en contacto con un nuevo microorganismo nocivo, ya sea por vacunación o por una infección, adquiere inmunidad contra él. Por este motivo, los jóvenes y adultos suelen contraer menos enfermedades infecciosas que los bebés y niños.

¿Qué pasa cuando falla el sistema inmune?

El sistema inmune puede fallar, por ejemplo, al detectar como extraños al organismo elementos que no lo son o al reaccionar desproporcionadamente. O cuando las células cancerosas eluden la vigilancia inmunitaria.

Las enfermedades que provocan estas alteraciones inmunológicas se clasifican en cuatro grupos:

  • Trastornos alérgicos: se produce una respuesta inmunitaria desproporcionada a sustancias que llegan del exterior (alérgenos). Por ejemplo, la alergia a los frutos secos, a los ácaros o al látex.

    Enfermedades por deficiencia inmunitaria: se producen cuando faltan uno o varios de los componentes que forman el sistema inmunitario o no funcionan adecuadamente. Pueden ser enfermedades de nacimiento, conocidas como inmunodeficiencias primarias. También puede tratarse de una inmunodeficiencia adquirida tras contraer una enfermedad como el SIDA; o provocada por algunos problemas médicos (desnutrición o quemaduras); o como consecuencia de la utilización de algunos fármacos, como los que se emplean en la quimioterapia y los que toman las personas trasplantadas para reducir el riesgo de rechazo.

  • Enfermedades autoinmunes: el sistema inmunitario ataca nuestras propias células y tejidos, aunque estén sanos, al confundirlas con cuerpos extraños. Ejemplo: lupus, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, trastornos de la tiroides, algunos tipos de anemia, psoriasis, etc.

  • Cánceres del sistema inmunitario: algunos tipos de cánceres pueden afectar a las células y tejidos que componen el sistema inmunitario, como la leucemia o el linfoma. Por otra parte, cuando el sistema inmunitario está debilitado, puede originar mayor propensión a padecer algunos tipos de cáncer, al fallar el mecanismo natural de vigilancia inmunológica.
08 de junio de 2023
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