En un mundo tan agitado como el nuestro, esta práctica milenaria atrae cada vez más atención. Lo ideal es meditar dos veces al día, a la mañana y a la noche. Unos minutos pueden ser suficientes para aquietar la mente. Conocé en esta nota los pasos necesarios para aprender a meditar.
¿De qué se trata meditar?
Tenemos entre 60 y 70 mil pensamientos diarios, es decir, que el 95 por ciento de nuestras conversaciones las mantenemos con nosotros mismos. El propósito de la meditación es despejar esos pensamientos trascendiéndolos o concentrándonos en un objeto virtuoso. La primera etapa de la meditación consiste en disipar las distracciones y lograr cierta claridad y lucidez mentales.
¿Para qué meditar?
La mayoría de las tensiones que sufrimos tienen su origen en la mente, y muchos de nuestros problemas, incluida la mala salud, son provocados o agravados por el estrés. Con solo practicar la meditación en la respiración durante diez o quince minutos al día, podremos reducir nuestro estrés. Entonces, vamos a experimentar una gran sensación de tranquilidad y bienestar, y la mayoría de nuestros problemas cotidianos se van a desvanecer, o vamos a saber atajarlos con menor sensación de ahogo, porque nos vamos a sentir más cerca de los demás.
Algunos beneficios de meditar son:
Reducir el estrés.
Aumentar tu nivel de atención.
Aumentar tu creatividad.
Encontrar una conexión espiritual.
Conectar con el presente.
Mejorar tu actitud hacia la vida.
Creá tu realidad
¿Cómo meditar?
1. Elegí un lugar tranquilo para meditar y sentate de manera cómoda sobre un almohadón. Con el tiempo vas a poder practicarlo en casi cualquier sitio. Mantené los ojos cerrados con suavidad o entreabiertos.
2. Colocá el dorso de las manos sobre tus piernas. Podés formar el Chin Mudra tocando el dedo gordo con el índice y estirando los otros tres juntos hacia delante.
3. Enfocá tu atención en la respiración. Respirá con naturalidad a través de los orificios nasales, sin pretender controlar este proceso, e intentá ser conciente de la sensación que produce el aire al entrar y salir por la nariz. Esta sensación es nuestro objeto de meditación.
4. Concentrate en la respiración e intentá olvidar todo lo demás. Si descubrís que surge un pensamiento o te encontrás enganchada con alguno, observálo y dejálo ir.
5. Al principio, vas a descubrir que tu mente está muy ocupada y es posible que pienses que la meditación la agita todavía más, pero en realidad, lo que ocurre es que empezamos a darnos cuenta del estado mental en que nos encontramos normalmente.
6. Podés usar un mantra. El término sánscrito “mantra” significa “protección para la mente”. Si recitamos mantras con fe podemos proteger nuestra mente del odio, el apego y la ignorancia. También es un método para aumentar nuestras buenas cualidades y beneficiar a los demás. Hay diferentes mantras, pero el OM AH HUM es la esencia de todos los mantras.
7. Si bien se puede meditar en cualquier momento del día, es ideal hacerlo: 1) Por la mañana antes de empezar con tus actividades 2) Y por la noche, antes del descanso. Hacelo por periodos de entre 10 y 15 minutos y después, si querés, podés ir extendiéndolo.
Hay tres formas principales de meditación:
1. MEDITACIÓN DE ATENCIÓN – CONCENTRACIÓN
Involucra un foco de atención (ya sea un objeto físico, una palabra o un concepto). Aumenta la actividad electroencéfalográfica del cerebro, especialmente de las ondas beta y gamma. Hay fuerte actividad en áreas del cerebro responsables de procesar la información sensorial, emociones y atención.
2. MEDITACIÓN DE OBSERVACIÓN DE LA MENTE (Contemplación)
En diversas prácticas, como la meditación de atención flotante (mindfulness) y algunas formas de Meditación Zen, no hay un foco presente, sino una contemplación abierta de la realidad, en la que se observa el contenido de la experiencia de cada uno, sin juzgarla. Esta clase de meditación aumenta la actividad lenta de las ondas theta, lo que refleja un estado de ánimo relajado.
3. MEDITACIÓN DE TRASCENDER
La auto-trascendencia o trascendencia automática, es un procedimiento mental que se trasciende a sí mismo y culmina en una experiencia mental ilimitada. La actividad del tálamo, el área responsable del procesamiento de la información sensorial, disminuye y las áreas frontales del cerebro, que se asocian con funciones ejecutivas superiores y el razonamiento moral, se vuelven más activos. También aumenta la actividad de las ondas alfa, lo que indica relajación y calma. Lo que es aún más interesante, es la aparición de coherencia global de ondas cerebrales. A mayor coherencia cerebral, mejor será la comunicación entre las diferentes áreas del cerebro.
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