Por milenios, hierbas y especias han sido ingredientes fundamentales de las gastronomías de Asia, Medio Oriente y más allá. Pueden potenciar el sabor de una comida y volver memorable una receta. Pero las especias y hierbas que se usan en la cocina pueden también mejorar la dieta y volverla más variada y sana. Su uso como aliadas de la salud también está en aumento en Occidente. Conocé más en esta nota e incorporálas a tu dieta.
En el mundo Oriental, a las especias se les ha adjudicado propiedades medicinales desde tiempos inmemoriales. Actúan como estímulo del sistema digestivo y algunas tienen valores antisépticos o propiedades antioxidantes.
De acuerdo a la medicina ayurvédica, parte del antiguo sistema de creencias del hinduismo, estas sustancias pueden «enfriar o calentar» el aparato digestivo y afectar su equilibrio.
Sin embargo, la ciencia en Occidente no ha generado evidencia suficiente para garantizar todas las cualidades medicinales que se le atribuyen a las especias y no existe un consenso sobre sus beneficios concretos. Sin embargo, se comprueba que su uso reduce el consumo de sal como condimento, lo cual trae aparejados muchos beneficios.
Aquí te presentamos seis especias que podés incorporar en nuevas recetas.
Ajo
Este clásico de la cocina tiene reputación de «antibiótico natural» y, según algunos estudios, tiene la capacidad de reducir las nitrosaminas (compuestos químicos que se forman a partir de las proteínas en condiciones ácidas, como el medio gástrico, algunos de los cuales pueden ser cancerígenos).
Se lo usa para combatir resfríos, inflamaciones, y también para combatir la presión arterial elevada, aunque en este caso la evidencia no es contundente.
Cúrcuma
Nativa del sur de Asia, esta especia que da el color amarillo característico a platos como el curry se ha puesto de moda en los últimos años, promocionada como un «superalimento» que presuntamente ayuda a curar males variados, incluso el cáncer.
Algunos estudios científicos han confirmado que puede servir como antioxidante y analgésico, y tiene cualidades sedativas. Reduce la inflamación y evita que las plaquetas se agrupen formando coágulos.
Cardamomo
Esta fragante especia que se obtiene de semillas nativas del sudeste asiático es utilizada en prácticas de medicina alternativa para eliminar toxinas. Por eso hay quienes sugieren agregarla al té para combatir la resaca.
Pero lo cierto es que es un ingrediente habitual en la gastronomía india y árabe, y en la repostería del norte de Europa y, por miles de años, en Asia se ha utilizado para aliviar malestares de estómago.
Su principal aceite activo, el cineol, está también presente en la familia de los eucaliptus y se ha incorporado en productos farmacéuticos contra la tos, por ejemplo. Y, en el uso popular, se cree que combate el mal aliento.
Fenogreco o alholva
Considerado una legumbre y cargado de proteínas, el fenogreco, una vez tostado, tiene un aroma intenso similar al del almíbar de arce. Se utilizan sus hojas y sus semillas, y en la cocina mediterránea es un ingrediente que aporta un sabor agridulce a los platos.
Algunos estudios médicos señalan que puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre en pacientes con diabetes tipo 2, pero la evidencia es escasa, señala el Instituto Nacional de Salud del Departamento de Salud de Estados Unidos.
Un estudio recogido por la Universidad de Michigan, en tanto, sugiere que las semillas de fenogreco podrían ser buenas para el colesterol, porque inhiben su absorción a nivel del intestino.
Salvia
Esta hierba, nativa del Mediterráneo, pertenece a la misma familia que la lavanda y el romero. Sus hojas, de color gris verdoso, son un buen condimento para cocinar o para hacer un agua aromática.
La salvia tiene un largo historial de uso medicinal para dolencias que van desde desórdenes mentales a molestias gastrointestinales. Entre las verificadas se cuenta la gama de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que almacena la salvia, en algunas de sus 900 variedades. Y es una fuente de vitamina K, que ayuda en la coagulación de la sangre y contribuye con el mantenimiento del tejido óseo y los tejidos corporales.
Por su agradable aroma, es un buen agregado para todo tipo de platos -desde sopas y guisos a carne asada, sobre todo cerdo- y se usa en la industria cosmética para fabricar jabones y aceites corporales.
Clavo de olor
Usado como saborizante en alimentos y bebidas, esta hierba proviene de la exótica Maluku, en Indonesia, conocida como la Isla de las Especias, y se ha colado en muchas cocinas del mundo, de la norafricana a la mexicana.
Sus usos son variados: son parte de un tipo particular de cigarrillo indonesio e ingrediente de un insecticida para hormigas, por nombrar sólo un par.
Un estudio realizado en 2010 por la Universidad de Oslo sobre 3.100 sustancias alimenticias en uso en todo el mundo estableció que el clavo era la que contenía la mayor cantidad de antioxidantes por gramo: un gramo de esta especia tiene lo mismo que media taza de frutos rojos, valorados como una buena fuente de antioxidantes.
No sólo tienen buen sabor y aroma: tradicionalmente está asociada con la buena digestión, sobre todo en el contexto de la medicina oriental.
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