familia disfrutando de un día en la playa

Llegó el verano y seguramente estás pensando en irte unos días de vacaciones a la playa para descansar y disfrutar. Sin embargo, además de relajarte y desconectar, el agua del mar, el sol y la arena traen beneficios para tu salud. ¡Descubrílos en esta nota!

La talasoterapia es la utilización con fines terapéuticos del agua del mar junto al clima marítimo. Tiene en cuenta elementos como el sol, la temperatura, la humedad, el agua de mar, los lodos y algas marinas, además de la arena y otras sustancias de origen marino como el plancton y fitoplancton.

Esta práctica se utiliza para tratar enfermedades reumáticas, traumatológicas, reumatológicas, del sistema respiratorio, venoso y linfático, entre otras. Esto demuestra que la naturaleza puede hacer mucho por nosotros. Aunque ir a la playa no tiene los mismos efectos que acudir a un centro especializado, sí puede aportarnos algunos beneficios:

  1. Relajarnos y ayudarnos a dormir mejor: Los entornos de playa disminuyen los niveles de estrés. La brisa marina incrementa la serotonina, una sustancia imprescindible para relajarnos. Además, el ejercicio físico que supone la natación, junto con el sol y el calor, nos permitirá dormir mejor por las noches.

  2. Mejorar nuestras articulaciones: Pasear por la arena de la playa con los pies descalzos es uno de los grandes placeres de la vida. Además, disminuye el dolor en las rodillas, caderas y otras articulaciones. Es una actividad perfecta para tonificar los músculos y evitar accidentes cardiovasculares. Se recomienda andar a primera hora de la mañana o al final de la tarde para evitar los rayos UV más intensos.

  3. Relajación muscular: Cuando nadamos, las olas golpean nuestro cuerpo como si fuera un masaje. De hecho, producen el mismo efecto. También podemos caminar dentro del agua o dar pequeños saltos. Como nuestro peso disminuye, la movilidad aumenta, por lo que estos ejercicios son muy recomendables para personas mayores.

  4. La brisa marina tiene grandes beneficios para nuestra respiración. Es rica en yodo, lo que favorece la circulación y permite que nuestro corazón trabaje menos. Esto, a su vez, permite ventilar mejor los pulmones y aumentar los niveles de oxígeno. También protege el organismo de infecciones respiratorias.

  5. El agua salada: El agua de mar tiene una alta composición de minerales como sodio, magnesio, calcio y yodo. Esto afecta a nuestro organismo de distintas formas, relajando el sistema nervioso, mejorando contracturas musculares y reactivando la circulación de los tejidos. Además, el agua salada tiene propiedades antioxidantes que regeneran las células muertas de tu piel y le dan un aspecto más radiante.

Por lo tanto, aprovechá todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer y disfrutá de unos días de descanso con un propósito más saludable. ¡Tu cuerpo y mente te lo agradecerán!

02 de enero de 2025
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