madre e hija cocinando

Querés que tu hijo coma alimentos saludables, pero ¿sabés cuáles son los nutrientes necesarios y qué cantidades se requieren? En esta nota te presentamos algunos consejos básicos de nutrición infantil.

La nutrición para niños se basa en las mismas ideas que la nutrición para adultos. Todos necesitamos los mismos tipos de elementos, como vitaminas, minerales, hidratos de carbono, proteínas y grasa. Sin embargo, los niños necesitan diferentes cantidades de nutrientes específicos según la edad, el nivel de actividad física y otras características.

Las comidas que contienen muchos nutrientes y carecen de azúcar, grasas saturadas o sal agregados (o tienen una cantidad limitada) se consideran ricas en nutrientes. Si la dieta se basa en comidas ricas en nutrientes, los niños ingieren los elementos nutritivos que necesitan y consumen menos calorías.

Tené en cuenta estos alimentos ricos en nutrientes:

  • Proteínas. Mariscos, carnes sin grasa y de aves, huevos, porotos, garbanzos, lentejas, frutos secos y semillas sin sal.
  • Frutas. Frescas, enlatadas, congeladas o secas. Elegí frutas enlatadas cuya etiqueta diga que están envasadas en su propio jugo o en almíbar liviano; esto significa que contienen pocos azúcares agregados. Tené en cuenta que un cuarto de taza de frutas secas cuenta como una ración de frutas frescas.
  • Verduras. Variedad de verduras, ya sean frescas, enlatadas, congeladas o secas. Combiná legumbres y verduras coloridas todas las semanas. Si son verduras congeladas o enlatadas, elegí las opciones con menor contenido de sodio.
  • Granos o cereales integrales. Fideos o pan integral, avena, palomitas, quinoa y arroz integral o silvestre.
  • Lácteos. Animá a tu hijo a que coma y tome productos lácteos descremados o con bajo contenido de grasa, como leche, yogur o queso. Las bebidas de soja fortificadas también cuentan como lácteos.

Tratá de limitar las calorías que tu hijo consuma que provengan de lo siguiente:

  • Azúcar agregado. Algunos ejemplos son el azúcar moreno, el endulzante de maíz, el jarabe de maíz y la miel. Revisá las etiquetas nutricionales para evitar los azúcares agregados. Elegí cereal con una cantidad mínima de azúcar agregado. Evitá las gaseosas y otras bebidas con azúcares agregados. Limitá la ingesta de jugos. Si tu hijo toma jugo, asegúrate de que sea 100 % natural, sin azúcares agregados. Hay que aclarar que el azúcar de origen natural, como el que contienen las frutas y la leche, no es azúcar agregado.
  • Grasas saturadas. Provienen principalmente de alimentos de origen animal, como la carne roja, las salchichas, las aves, la manteca y otros lácteos enteros. La pizza, los sándwiches, las hamburguesas y los burritos son una fuente habitual de grasas saturadas. También abundan en los postres como tortas y  helados. Al cocinar, buscá formas de reemplazar las grasas saturadas con aceites vegetales y de frutos secos, que proporcionan ácidos grasos esenciales y vitamina E.
  • Sal. La mayoría de los niños consume demasiada sal (sodio) en su alimentación cotidiana. Puede estar oculta en sándwiches, en los alimentos procesados, como la pizza, los platos de fideos y la sopa. Motivá a tu hijo para que coma frutas y verduras entre las comidas, en lugar de papas fritas y galletitas dulces. Revisá las etiquetas nutricionales y busca productos con bajo contenido de sodio.

Si tenés dudas o consultas específicas, hablá con el nutricionista o pediatra que te aconsejará de acuerdo a la edad, actividad física y otras características de tus hijos. 

08 de agosto de 2024
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