
Cada vez más estudios advierten sobre los riesgos de los alimentos ultraprocesados en la salud. En esta entrevista con el Dr. Hugo Rafael Delle Piane, médico clínico de los consultorios de APSOT, exploramos qué son, cómo identificarlos y por qué es mejor evitarlos.
En nuestra vida cotidiana, estamos rodeados de productos alimenticios rápidos, convenientes, que parecen inofensivos, pero que pueden tener un impacto negativo en la salud. Los llamados alimentos ultraprocesados han sido el foco de múltiples investigaciones que los vinculan con enfermedades como obesidad y diabetes tipo 2. Pero, ¿qué son y por qué deberíamos prestarles atención?
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
El Dr. Hugo Rafael Delle Piane, médico clínico de los consultorios de APSOT, explicó: “Son productos que se caracterizan por ser formulaciones industriales compuestas principalmente de sustancias modificadas químicamente, extraídas de los alimentos junto con aditivos para mejorar el sabor, la textura, la apariencia y la durabilidad, con una inclusión mínima o nula de alimentos integrales”.
En otras palabras, son productos fabricados con ingredientes como colorantes, saborizantes, conservantes y otros agregados que los hacen más atractivos y duraderos, pero también menos saludables. Tal como establecen las Guías Alimentarias para la Población Argentina, los alimentos ultraprocesados incluyen:
- gaseosas y aguas saborizadas,
- jugos de fruta endulzados,
- bebidas energizantes y deportivas,
- postres lácteos,
- panes industriales,
- productos de copetín o snacks,
- comidas listas para consumir,
- productos preformados congelados como bastones de merluza,
- carnes procesadas como salchichas,
- aderezos y salsas listas, entre otros.
Impacto en la salud
El consumo frecuente de alimentos ultraprocesados no solo desplaza a opciones naturales y nutritivas como frutas, verduras y legumbres, sino que también conlleva riesgos significativos. “Una revisión de varios estudios científicos indicó que una mayor exposición a los alimentos ultraprocesados se asocia directamente a mayores riesgos de mortalidad incidental por todas las causas, mortalidad relacionada con enfermedades cardíacas, diabetes no insulino dependiente y resultados depresivos, aparte de mayores riesgos de resultados adversos prevalentes relacionados con el sueño, apneas de sueño y obesidad”, sintetizó Delle Piane.
El consejo del médico es evitar consumirlos. En un artículo de la Asociación Médica Americana se recomienda optar por alimentos “que no tengan ni necesiten etiquetas”: verduras y frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y proteína saludable. “Entre los alimentos envasados, enfocarse en aquellos en los que predomina un alimento integral con la menor cantidad posible de ingredientes añadidos, como verduras y frutas congeladas, legumbres enlatadas y pescado enlatado”, señalan los especialistas estadounidenses.
Conocer los efectos de los alimentos ultraprocesados puede ayudar a tomar mejores decisiones para nuestra salud y la de toda la familia.
¿Cómo detectar los ultraprocesados en el supermercado?
Cuando estamos frente a las góndolas, es fundamental leer la etiqueta nutricional y la lista de ingredientes. Si encontramos nombres químicos desconocidos, una larga lista de aditivos o sustancias que no reconoceríamos en una cocina casera, es probable que estemos frente a un ultraprocesado. Entre los componentes más comunes se encuentran:
- Azúcares añadidas (jarabe de maíz de alta fructosa, maltodextrina, dextrosa).
- Grasas poco saludables, como los aceites parcialmente hidrogenados, que contienen ácidos grasos trans.
- Sodio en exceso, presente en conservantes como los nitritos y nitratos.
- Aditivos artificiales, como colorantes, saborizantes y edulcorantes artificiales.
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