Las fiestas de fin de año, las vacaciones, el sol y el calor hacen que mantener una alimentación saludable sea más complicado. Salimos más a comer afuera, cambiamos nuestros horarios y, en definitiva, nuestra rutina se altera con mayores excesos. Por eso, aquí te damos consejos para mantener buenos hábitos alimentarios también en el verano.
Mejorar nuestros hábitos dietéticos en verano es posible si usamos el sentido común y seguimos algunas recomendaciones:
- Olvídate de las dietas milagrosas: Con la llegada del verano muchas veces tenemos apuro por adelgazar y tendemos a recurrir a dietas muy restrictivas para bajar de peso rápidamente. Esto a menudo resulta en recuperar esos kilos rápidamente, poniendo en riesgo nuestra salud.
- Aumentá el consumo de frutas y verduras: Aprovechando el calor, comé platos más frescos como gazpachos y frutas de temporada, que son bajas en calorías y ricas en agua, ayudando a mantenernos hidratados. Comé más verduras crudas (ensaladas) y frutas con piel, ya que de esta manera incrementamos la ingesta de fibra, que mejora nuestro tránsito intestinal y tiene un efecto saciante. Además, estas sustancias son ricas en antioxidantes, que previenen el envejecimiento y protegen la piel en esta época del año.
- Variedad en la dieta: Aseguráte de que tu dieta sea lo más variada posible. La monotonía puede llevarnos a aburrirnos y abandonar la dieta rápidamente.
- Comé más pescado: Se digiere mejor que la carne y es perfecto para las comidas y cenas de verano. Es rico en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Evitá las comidas copiosas y distribuí las comidas: Comer más veces y en menor cantidad nos ayuda a sentirnos más saciados y a consumir los nutrientes que necesitamos a lo largo del día.
- Cuidado con los postres: Es probable que debido al calor te den más ganas de comer helados después de las comidas. Podés hacerlo ocasionalmente y, si es casero, mucho mejor. Aunque siempre es preferible sustituir los helados por frutas o postres lácteos, que tienen menos azúcares.
- Dale un descanso al alcohol: Las bebidas alcohólicas son una fuente principal de calorías vacías. Preparáte bebidas caseras como jugos de tomate, agua con limón y frutas.
- Cuidado con las ensaladas: Alimentarse a base de ensaladas no garantiza consumir pocas calorías. Si no controlamos los ingredientes y aliños, pueden resultar bastante calóricas. Deben tener una base vegetal (brotes tiernos, tomate, zanahoria, pepino) y, si las vamos a consumir como plato único, deben incluir alguna proteína e hidratos de carbono: legumbres, quinoa, pasta o arroz integral, atún, salmón, huevo. También algún alimento rico en grasas saludables (frutos secos crudos, paltas, aceitunas) y usar siempre aceite de oliva virgen extra para el aliño.
- El agua es lo mejor para la sed: La oferta de bebidas gaseosas y batidos se multiplica en verano, pero aportan muchos azúcares y calorías y tienen bajo valor nutricional. Recordá que el agua es la mejor bebida para mantenerse hidratado sin acumular calorías.
- Activate y movete: Aprovechá el buen tiempo para hacer deporte al aire libre. Te ayudará a conectar con tu entorno, motivarte y a darte un empujón con la pérdida de peso. Podés nadar en la pileta o en el mar, que requiere más esfuerzo y, por tanto, mayor consumo de energía.
Seguí estos consejos para mantener una alimentación saludable y sentirte bien durante el verano. ¡Disfrutá del buen tiempo y cuidate!